El ciclo de la dieta: qué es y cómo podemos evitarlo

El ciclo de la dieta es un proceso de distintas fases que suele repetirse en la mayoría de dietas y que, en lugar de beneficiar la pérdida de grasa y una alimentación saludable, termina produciendo frustración y sensación de fracaso. Si quieres saber en qué consiste y cómo podemos evitarlo sigue leyendo y te damos todas las claves al respecto. 

¿Qué es el ciclo de la dieta?

Se llama ciclo de la dieta a un círculo vicioso que cuenta con distintas fases y que se produce cuando se aborda una dieta (generalmente para perder peso) de forma muy restrictiva. 

Este ciclo de la dieta parte de la decisión de una persona para hacer algún cambio en su alimentación. Entonces, se inicia un proceso para cambiar los hábitos alimenticios pero, al hacerlo de forma muy restrictiva, al poco tiempo, la dieta fracasa y aparece la frustración y el sentimiento de culpabilidad. 

¿Cuáles son las fases del ciclo de la dieta?

Las fases más comunes en el denominado ciclo de la dieta son las cinco siguientes: 

1. Dieta restrictiva: se inicia una dieta muy restrictiva con el objetivo de perder peso (o con cualquier otro objetivo) en poco tiempo. 
2. Hambre física y emocional: la dieta restrictiva genera hambre física y también hambre emocional (se piensa en la comida de forma continuada). 
3. Se rompe la restricción: al ser insostenible, se termina rompiendo con la dieta restrictiva. Entonces, se produce la sobreingesta y los atracones.
4. Se recupera peso: al romper la dieta y al producirse sobreingesta y atracones, la persona recupera el peso perdido en la primera fase. Incluso, se puede producir un efecto rebote y aumentar más peso del que se tenía antes. 
5. Sentimiento de culpabilidad y frustración: esta situación produce sentimiento de culpabilidad y frustración en la persona. En consecuencia, se vuelve a iniciar una dieta restrictiva (la misma u otra), que tendrá los mismos resultados como consecuencia del ciclo de la dieta. 

¿Por qué el ciclo de la dieta es negativo para la salud?

El ciclo de la dieta es negativo para la salud porque afecta negativamente tanto a nivel físico como a nivel mental. A nivel física, no genera en la persona los resultados deseados e, incluso, puede conllevar un efecto rebote que conlleve un aumento extra de peso. 

Por su parte, a nivel mental, el ciclo de la dieta conlleva frustración y sensación de culpabilidad al no conseguir alcanzar los objetivos establecidos y al haber fracasado de forma respectiva en ellos. 

Hábitos alimenticios saludables: la solución al ciclo de la dieta 

La solución a los problemas del ciclo de la dieta es la educación alimenticia. Es decir, aprender a comer correctamente. 

El gran problema de las dietas es que están pensadas como paréntesis en la forma de comer. Sin embargo, cuando se deja de hacer dieta, si se vuelve a los hábitos alimenticios anteriores, se recupera el peso y el estado físico anterior. Por ello, lo que hay que hacer no es hacer dieta, sino adoptar unos hábitos alimenticios saludables, basados en comer de forma saludable siempre, no como una excepción para perder peso. 

Ejemplos de hábitos alimenticios saludables

Entre estos hábitos alimenticios saludables que debemos adoptar en nuestra alimentación cotidiana cabe destacar los siguientes: 

• Comer frutas y verduras como base de la alimentación. Es decir, la mayor cantidad de alimentos que ingerimos deben ser frutas y verduras. 
• Elegir alimentos integrales frente a alimentos refinados. Por ejemplo, pan integral frente a pan blanco. Además de tener más nutrientes, también tiene más fibra, lo que nos ayuda a aumentar la sensación de saciedad.
• Incluir algo de proteínas en todas las comidas, y que sea proteína de calidad. Por ejemplo, proteína animal procedente de carnes blancas como el pollo, pescados y mariscos, huevos o lácteos. Y también proteína de origen vegetal como las legumbres, los frutos secos y semillas, las setas o los cereales integrales. 
• Evitar las carnes rojas o procesadas. Por ejemplo, los embutidos. 
• Evitar el alcohol, ya que se convierte en calorías vacías en nuestro cuerpo. Además, es un tóxico muy potente que está vinculado con muchas enfermedades. 
• Evitar los refrescos. Tanto los que son con azúcar como los que son sin azúcar. En ambos casos, estos productos tienen un efecto perjudicial en nuestro organismo. Especialmente en la microbiota del intestino, lo que favorece que aumentemos de peso. 
• Acostumbrarse a beber agua en las comidas. 
• Evitar los productos ultraprocesados. Por ejemplo, la bollería industrial, las galletas, los cereales para el desayuno, las patatas fritas, los aperitivos de bolsa, etc. 
• Establecer unos horarios de comidas fijos. Esto nos ayuda a evitar comer entre horas cosas, y también educa a nuestro estómago a tener hambre en las horas concretas del día en las que nos toca comer. 

En general, podemos decir que gran parte de los problemas alimentarios actuales proceden de una mala relación con la comida. Esto surge como consecuencia de una falta de educación alimentaria, así como por la falta de unos hábitos alimentarios saludables. 

El gran problema del ciclo de la dieta, y de cualquier dieta en general, es que se presentan como parches a un problema concreto. Sin embargo, lo que hacen es solucionar los síntomas de ese problema, pero no la causa. Por esto, lo que debemos hacer no es “hacer dieta”, sino adoptar unos hábitos alimenticios saludables para que no nos veamos en la necesidad de recurrir a ese tipo de dietas nunca más.