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Si las galletas sin azúcar forman parte habitual de tus desayunos y meriendas es hora de que las cambies. Aunque puedan parecer saludables, no lo son. En este artículo te contamos por qué y cómo sustituirlas por alimentos mucho más recomendables.
Con el paso del tiempo, las galletas han variado su publicidad y su modo de venta. Todo ello, con el objetivo de renovarse y presentarse como una opción apetecible y saludable. Sin embargo, a grandes rasgos, su aporte de nutrientes sigue siendo el mismo:
Con el objetivo de hacerlas pasar por un producto saludable, se les han añadido algunos ingredientes que sí que son saludables (fibra, esteroles vegetales, multicereales, aceite de girasol alto oleico, etc.). No obstante, estos ingredientes solo forman una parte ínfima de los ingredientes de las galletas, por lo que apenas modifican su composición.
Cuando en la etiqueta se indica «galleta sin azúcar» significa que las galletas han sido elaboradas con edulcorantes como el maltitol. Sin embargo, actualmente se sabe que abusar de los edulcorantes tampoco es bueno. Por ejemplo, abusar de los edulcorantes como los polialcoholes pueden causar problemas digestivos e intestinales.
El aporte de edulcorantes artificiales en las galletas es elevado. De hecho, normalmente es el segundo o tercer ingrediente en cuanto a cantidades (solo por detrás de la harina empleada). Esto puede suponer que al menos un 30% del peso de la galleta corresponde a edulcorantes.
Además, el consumo de edulcorantes también se relaciona con una mayor ingesta de alimentos dulces. Esto se debe a que los edulcorantes aportan un sabor dulce muy intenso, lo que hace aumentar el umbral de este sabor. Es decir, nos acostumbramos al sabor dulce-intenso y lo hacemos de forma inconsciente. De esta forma, lo que hacemos es aumentar nuestra ingesta de dulces a lo largo del día porque creemos que “lo necesitamos” o que “nos lo pide el cuerpo”.
Nuestro cuerpo tiene las reservas suficientes para regular los niveles de glucosa en sangre sin la necesidad de comer dulces. Hay que tener en cuenta que nuestros antepasados más antiguos no tenían a su alcance ningún tipo de alimento procesado rico en azúcar.
De hecho, el consumo de alimentos con edulcorantes tampoco se relacionan con una mayor pérdida de peso, ya que estos alimentos no contribuyen a utilizar las reservas de grasa acumulada en el organismo y siguen propiciando la tendencia al consumo de alimentos con sabor dulce-intenso.
En este sentido, es importante recordar que un consumo habitual de dulces (alimentos ricos en azúcar) aumenta la posibilidad de sufrir enfermedades metabólicas como la diabetes y algunos tipos de cáncer. Por ello, es necesario restringir al máximo posible su consumo.
La opción de realizar nosotros mismos las galletas sin azúcar tampoco se presenta como la opción más recomendable. ¿Por qué? Pues porque aunque las elaboramos nosotros mismos en nuestra propia casa los ingredientes siguen siendo los mismos.
Para que unas galletas sean saludables tienen que aportar ingredientes saludables. Es decir, el elemento principal que hay que tener en cuenta no es la receta o el modo de preparación, sino los ingredientes que utilizamos en su preparación.
Como hemos visto, aunque las galletas sin azúcar pueden aportar menos calorías, esto no las convierte en alimentos saludables. Siguen aportando harinas refinadas y grasas de mala calidad. Son un alimento que no consigue saciarnos en el estómago, por lo que necesitamos comer mucha cantidad para que nos quite el hambre. Además, su sabor intenso nos hace comer más dulces a lo largo del resto del día.
La solución pasa por añadir otros alimentos a tus desayunos y meriendas que sí que sean saludables. Alimentos que nos sirven de sustituto de las galletas y cuidan de nuestra salud.
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