El ciclo de la dieta: qué es y cómo podemos evitarlo
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Equipo Apetece Cuidarse Oct 21, 2022 10:55:30 AM
El seguimiento de una dieta es un proceso complicado. A veces implica un cambio de hábitos marcado y el cerebro humano suele tomarse los cambios bruscos como una amenaza. Así que, instintivamente, la mente aprovechará cualquier oportunidad para retomar la alimentación habitual. Y, sin duda, alguna de esas oportunidades existirán, ya sea en forma de aperitivos que ya estaban en la despensa o en las comidas con el grupo de amigos de los fines de semana. Por ello hay que encontrar mecanismos para sortear estos antojos. Aquí encontrarás algunas de las estrategias más útiles para darles un giro de tuerca a esos momentos de tentación.
La tentación de picar entre horas suele ir asociada a algo que realmente no es hambre. Por ello, las técnicas siguientes requieren reflexionar sobre qué significan tus antojos:
La primera estrategia, y una de las más útiles, es beber agua. En ocasiones, cuando se lleva tiempo sin ingesta hídrica, es decir, sin beber agua, nuestro cuerpo pide comida porque uno de los productos de nuestro metabolismo es, justamente, agua.
Por eso, cuando aparece la tentativa de picar entre horas, se recomienda beber agua hasta sentir saciedad. A veces tarda un poco en hacer efecto, porque el cerebro no detecta la hidratación de inmediato. Pero en unos 20-30 minutos esa falsa sensación de hambre habrá desaparecido por completo.
También hay situaciones en las que los antojos tienen un origen emocional, ya sea como celebración o como consuelo. Este es un hábito que, desafortunadamente, se inculca desde la infancia, cuando por ejemplo se les da un postre especial como premio por haber hecho un buen examen o se les prepara el plato que les gusta cuando están tristes para que el disgusto se les haga llevadero.
Cuando el origen del hambre es emocional, puede ser que la estrategia de beber agua no sirva. En estos casos es ideal empezar sustituyendo el aperitivo usual por alguno que permita masticar sin aportar tantas calorías, como puede ser una zanahoria. A partir de ahí, la idea es reducir la frecuencia con la que se pica hasta que se pierda la necesidad por completo.
Existe la posibilidad de que, con las técnicas del apartado anterior, tengas suficiente. Pero, ¿qué ocurre cuando las ganas de picar no son un problema, sino que lo que obstruye el progreso de la dieta son las comidas sociales? Realmente no es tan distinto a la segunda situación descrita anteriormente, por lo que se recomienda pedir algo distinto que se ajuste más a los requisitos de la dieta.
¿Qué te han parecido estos consejos? ¿Te han resultado útiles? Si es así y conoces a alguien que se encuentre en una situación similar a la tuya, no dudes en compartirlo.
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